viernes, 9 de febrero de 2007

A P O C A L Y P T O o la dulce muerte de obsidiana

El 7 de febrero Pelli escribió...
Hace un par de años me tragué un libro sobre la Conquista de México, de Hugh Thomas, un prestigioso historiador inglés, que se supone como el libro definitivo en el tema. Y era un buen libro, aunque largo y extenuante.
Lo que más me llamó la atención fue una referencia a un poema mexica (de los antiguos mexicas) donde un guerrero rogaba a Dios (Txetapoacl o algo así, indigerible) el poder perecer bajo "la dulce muerte de obsidiana".
Como no tenían acero, los mexicas se daban candela entre sí con afiladas lascas de obsidiana (piedra volcánica que, pulida, es bastante agradable al tacto y dicen que curativa); cuenta Hernán Cortés (cuyos duros huevos extremeños no le cabían en los leotardos que probablemente llevaba) que los mexicas (descendientes de mayas y aztecas) adoraban a unos Dioses la mar de cabrones siempre sedientos de sangre; y que cuando pillaban a un español desprevenido lo subían a la cúspide de una de esas pirámides hoy tan visitadas por los turistas (a las que a duras penas suben los muy cabrones), y le practicaban una donación voluntaria de corazón hendiendo la carne con una puta hoja de negra piedra volcánica, arrojando después cabeza y tronco pirámide abajo para embelesamiento de la masa psicópata.
En vano trató Cortés de plantar a la Virgen María en lo alto de aquellas Pirámides consagradas al infernal Txetapoacl o como fuera...
Tintos en sangre seca y con afiladas uñas, los sacerdotes mexicas daban auténtico espanto a los españoles, hasta que a éstos (concretamente a un tal Alvarado, creo) se les contagió la sed de sangre y comenzó la escabechina en ausencia de Cortés. Decir que 40 españoles conquistaron a miles de mexicas parece exagerado, pero fue verdad, porque entre ellos ya se llevaban como el culo.
Bueno, pues yo leía todo aquello acojonao, y cuando voy a ver la última peli del Gibson me encuentro ésa escena y otras aún mejores que me reconcilian con el Cine, y me obligan a recomendaros APOCALYPTO a toda costa.
Vaya peliculón clásico en plena época de mariconadas almodovarianas.

3 comentarios:

Tomás Amparán dijo...

Me he permitido poner el texto que Pelli nos mandó en un correo para que todos podamos opinar sobre la peli de Mel. Espero querido Pelli que no te importe haberme apropiado de tus palabras, que quede claro que todo lo dicho es cosa suya.
Ahora me toca a mí deciros que la peli de Gibson es una pasada. Pero, pero... que nadie vaya buscando una lección de historia, porque se puede volver loco. No dudo que el Mel Gibson se haya informado muy bien sobre la cultura Maya, pero lo que ha conseguido es que salgas del cine diciendo que la peli es una pasada pero que a la vez salgas diciendo que no me he enterado de si eran mayas, aztecas o que.
Se nos ha vendido la peli como que era el fin de la civilización maya, pero en realidad no se sabe de quien es el fin.
Que yo sepa los que hacían esos asquerosos sacrificios eran los aztecas (los mexicas, que creo que eran aztrecas y no mayas), en cambio en la peli parece que son mayas. Entre otras cosas porque en lo alto de la pirámide alaban a un tal Dios Kukulcán (éste sí que es maya). Lo que está claro es que los que están encima de esas pirámides son aztecas.
Y luego lo del eclipse de sol... Pero si los mayas tenían y tienen el mejor calendario solar, eran expertos en astronomía... Como no iban a saber que iba a ver un eclipse... nadie se traga que se queden con esa cara de sorpresa cuando llega.
La conclusión es que como película, un 10 (hay escenas que son impresionantes), como clase de historia un 0.
Ahora me quedo esperando con ansias que mi amigo Pelli me pegue el palo y corriga toda mi ignoracia sobre el imperio maya.

Alfonso Roig dijo...

Mel? Yo es que le llamo Meluco, no sabes?

Anónimo dijo...

gracias por meter mi rollu, yo no sé hacerlo, la verdad, y mira que investigo el blog ese. pero nada...
pues para serte sincero no tengo ni p.i. del imperio Maya; pero estoy seguro que todos hacían lo mismo que vió Cortés cuando llegó por allí, o sea, sacrificarse y tangar al pueblo con los eclipses (en la peli se ve bien cómo los jerarcas se descojonan y se guiñan el ojo frente a la masa palurda).
pero la peli es una pasada.